A sus 28 años, José (nombre ficticio) fue diagnosticado con depresión funcional y ansiedad. La presión social, el sentimiento de estancamiento, la incertidumbre respecto al futuro, metas incumplidas y presiones laborales fueron parte de las situaciones que desataron en él picos de ansiedad, estrés, cansancio extremo e irritabilidad constante.
“Me preocupa el futuro, el no tener una casa propia, asegurar mi estabilidad futura, metas que como adulto deseo lograr, y ver pasar el tiempo y como se hace cada vez más difícil lograr esa estabilidad y seguridad me causa ansiedad”, explicó en una entrevista para elDinero.
Esta situación comenzó a afectar su calidad de vida: desde dificultad para dormir hasta su desempeño laboral con problemas para concentrarse y desarrollar sus actividades cotidianas. A raíz de su bajo rendimiento fue amonestado en su trabajo; su irritabilidad por la falta de sueño afectaba sus relaciones interpersonales.
Esto lo llevó a buscar ayuda psicológica profesional, donde luego de varias sesiones fue referido a tratamiento psiquiátrico por el estancamiento en las terapias. Allí recibió medicación tanto para calmar su ansiedad como para manejar su depresión.
Como José hay aproximadamente 280 millones de personas que sufren de depresión a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 3.8% de la población experimenta depresión, incluido el 5% de los adultos (4% entre los hombres y el 6% entre las mujeres) y el 5.7% de los adultos mayores de 60 años.
En República Dominicana, la depresión y la ansiedad son las afecciones mentales más comunes, según indica el informe “Plan Nacional de Salud Mental 2019-2022” del Ministerio de Salud Pública (MSP).
En 2022 se reportaron 570,312 casos de ansiedad y 464,164 de depresión en el país, con una prevalencia del 5.7% y 4.7%, respectivamente. Estos trastornos son frecuentes en los adultos de entre 15 y 49 años, donde representan el 17.3% de la carga total de enfermedad.
Retos
El psicólogo clínico, Eduardo Gavilán resaltó que el hecho de vivir en una sociedad consumista, más las presiones autoimpuestas por la sociedad (como tener una familia a cierta edad, ser exitoso o tener ciertos logros para no ser un fracasado) son algunos de los factores que crean ansiedad o depresión en las personas.
Sostuvo que la falta de cultura ciudadana tanto de salud física como mental es uno de los principales retos de la salud mental en el país. “Desde hace años hemos estado batallando con la idea de que ir al psicólogo o al psiquiatra es para locos”.
Añadió que el acceso a las consultas privada suele ser costoso, mientras que a nivel público son escasas. Detalló que una consulta psicológica puede costar entre RD$2,000 a RD$4,000 individual. En el caso de consultas especializadas, como el tratamiento de niños con autismo, terapias de pareja u otras especialidades, la consulta puede llegar a costar entre RD$5,000, RD$7,000 e incluso hasta RD$10,000 por consulta.
Por su parte, el médico psiquiatra Oscar Ovalles Sánchez estableció una relación entre la situación socioeconómica de República Dominicana y su impacto en el acceso y la calidad de la atención de la salud mental.
El galeno indicó que el costo de la atención es un obstáculo importante para muchas personas. Explicó que una consulta privada con un psiquiatra puede costar entre RD$3,000 y RD$5,000, mientras que las opciones de bajo costo oscilan entre RD$1,500 y RD$2,000.
A esto se agrava que el sistema dominicano de seguridad social no incluye la cobertura por enfermedad mental, lo que indica que los costos para ese tipo de atención resultan más elevados para los pacientes.
“Aunque estos montos pueden parecer razonables para algunos, para la mayoría de la población dominicana, que gana un máximo de RD$34,000 al mes, este gasto representa un sacrificio significativo”, dijo el galeno. “Se necesitan múltiples sesiones para llegar a un diagnóstico, y las medicaciones, lo que aumenta aún más el costo total”, detalló.
Ovalles señaló que el estigma asociado a la salud mental también es una barrera importante. “Muchas personas ven la búsqueda de ayuda profesional como un signo de debilidad y temen ser juzgadas por su entorno. Esta percepción negativa puede llevar a las personas a retrasar la búsqueda de tratamiento, lo que puede empeorar su condición”, añadió.
Destacó, además, que la falta de recursos económicos y de inversión en políticas públicas, limita el acceso a la atención y perpetúa el estigma entorno a la salud mental.
Datos
La Oficina Nacional de Estadística (ONE) plantea una estrecha relación entre la depresión y los registros de suicidio. Datos recopilados en el boletín demográfico y social 2024: “Suicidios en República Dominicana” muestran que la mayoría de los suicidios registrados entre 2019 y 2022 estuvieron vinculados a la depresión u otros problemas de salud mental, representando el 59.5% de los casos. En 2023, por cada 100 mujeres que se suicidaron, 619 hombres tomaron la misma trágica decisión.
Las consultas psicológicas y los servicios de apoyo emocional son esenciales para la prevención y tratamiento de estos trastornos. La OMS destaca que los tratamientos psicológicos son el primer paso para tratar las afecciones mentales. Estos pueden combinarse con medicamentos recomendados por especialistas.
Esta entidad establece que el acceso a tratamientos de salud mental ha sido ineficiente. Los sistemas de salud, en general, no han logrado atender de manera efectiva las necesidades de las personas con trastornos mentales, y a menudo carecen de los recursos adecuados para hacerlo.
Plantea, también, que existe una brecha a nivel mundial entre la demanda de tratamiento y su provisión que, cuando está disponible, suele ser insuficiente o de baja calidad.
OMS y salud mental
La OMS reconoce la depresión como un trastorno mental, así como la ansiedad, el trastorno bipolar, estrés postraumático, esquizofrenia, trastornos del comportamiento alimentario, comportamiento disruptivo y disocial (o problemas persistentes del comportamiento), y trastornos del neurodesarrollo (como el espectro autista y déficit de atención con hiperactividad o TDAH).
Estos se caracterizan por una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo.
En República Dominicana se destina menos del 1% del presupuesto en salud mental, según el Ministerio de Salud Pública. Mientras que la frecuencia de asistencia a consultas psicológicas registradas en 2023 fue de 122,250, en el caso de las mujeres, y 74,342 para hombres, según los datos de la ONE, tomando en cuenta que una misma persona puede asistir a múltiples consultas en un año. Aun así, la promoción y la facilidad de acceso a la salud mental es considerada la principal estrategia para reducir las tasas de suicidio en la República Dominicana.
Por: Noticonexion/ldro